Claudio Salas en el banquillo de los acusados - Foto Cecilia Maletti |
Esta mañana, la
estrategia dilatoria de la defensa del asesino confeso de Braian Hernández
seguía siendo la misma. Informaron que Claudio Salas se encontraba descompuesto
y que se le había recomendado reposo, pero pasadas las diez de la mañana se
hizo presente la médica forense para contradecir esa postura. Minutos después
se dio inicio al juicio que debía comenzar ayer, declarando en el día de hoy siete
testigos policiales. Mañana declararán los niños y jóvenes que iban en el auto
con Braian.
Cerca de las 9:20, el Tribunal informó a las partes que el
único imputado en la causa, oficial Claudio Salas, se encontraba en la alcaidía
por no sentirse bien y que aguardaba la revisación médica de la forense.
Pasadas las diez de la mañana, la doctora Herrera se hizo presente y refirió
que clínicamente el asesino confeso estaba en buen estado de salud como para
afrontar el proceso judicial, desconcertando -según
expresó el abogado Lucero-
a la defensa. Minutos después se dio comienzo a la postergada primera
audiencia.
Doctora Herrera, médica forense - Foto Cecilia Maletti |
El policía que fusiló a Braian Hernández ingresó a la sala
tambaleando y con un cuello ortopédico -que
posteriormente no le impidió moverse con total normalidad durante toda la
audiencia- y al
ser consultado por el juez Fernando Zvilling acerca de su interés por declarar,
dijo que quería hacerlo, pero que en esta ocasión se sentía “muy mal” como para
proceder.
La fiscalía pública, representada por Pablo Vignaroli, y la
querella, representada por la y el abogado Angélica Acosta y Federico Egea de
la agrupación Zainuco, leyeron sus respectivas acusaciones calificando los
hechos cometidos por Claudio Salas como homicidio doloso doblemente agravado
por haber sido cometido por personal policial en cumplimiento de sus funciones y
por el uso del arma reglamentaria para este cometido, según los artículos 80
inciso 9 y 41 bis del Código Procesal Penal.
Posteriormente, se presentó el primer testigo del juicio, efectivo
policial Fabio Omar Portal, quien junto a la segunda declarante del día, María
Victoria Mardones, acompañaban a Salas durante el operativo en el que fusiló a
Braian. El primero era el que conducía el móvil en el que se transportaban y
narró que salieron en persecución de un vehículo que “se daba a la fuga” por la
calle Casimiro Gómez. Coincidieron en haber sido
Fabio Omar Portal - Foto Cecilia Maletti |
“Cuando el vehículo pasa por enfrente del móvil veo que un
arma de fuego y me quedé mirándolos. Cuando los perdí de vista, los seguí por
el espejo retrovisor hasta que escuché una detonación. Por el espejo retrovisor
vi a los dos oficiales detrás del auto, que ya había arrancado otra vez a alta
velocidad” dijo Portal y saltó automáticamente a su llegada al auto en el que
viajaban Braian y sus amigos: “estaba detenido con personas que se estaban
dando a la fuga, redujimos a todos y en el interior había dos más”, expresó. “Les
dije que se bajen y se bajaron ellos”, se confundió en primera instancia para
enseguida corregirse diciendo que “una sola persona se bajó, lo redujimos y
cuando miro al interior veo que había una persona que tenía una herida, por lo
que yo vi, en la cabeza”. También mintió expresando que mientras esperaban la
llegada de la ambulancia “el oficial (en relación al asesino Salas) le
realizaba primeros auxilios al costado del auto”. Sobre el arma que
supuestamente vio, señaló que “vi la figura del cañón que estaba apuntando
hacia mí desde el asiento de atrás del conductor”, luego escuchó la detonación
pero no tuvo ningún indicio para creer que el disparo había salido de allí,
aunque vio a Salas con el arma reglamentaria en su mano.
María Victoria Mardones y Claudio Salas girando su cuello lesionado - Foto Cecilia Maletti |
Según sus declaraciones, ni Portal ni Mardones le
preguntaron nada a Salas tras volver al móvil. La testigo Chandía, más tarde,
dijo que él estaba muy nervioso, muy angustiado y que fue asistido por eso,
pero su compañera y su compañero de móvil parecieron no haberlo advertido. Otro
punto de coincidencia fue acerca de los “disparos intimidatorios” y el accionar
“disparando al aire”, aunque la segunda sugirió que “el arma tiene que usarse
con mucho cuidado”
“Cuando sentí que me estaban apuntando con un arma no sabía
qué hacer, me quedé anulada. Me quedé mal, hasta que el oficial Salas me zamarreó.
Me acuerdo poco y nada, porque no estaba bien”, dijo María Victoria Mardones,
quien se mostró muy nerviosa durante toda la declaración: por momentos sonreía,
temblequeaba, se le llenaban los ojos de lágrimas, parecía que contenía una
verdad que le explotaba adentro, pero no la sacó, prefirió seguir siendo
cómplice. “Cuando sentí la acelerada del auto no sabía si era el caño de escape
o que me habían pegado un tiro”, sostuvo y volvió a aclarar que no vio caras,
solo “un arma” que “la apuntaba”. Contó que entonces bajó con su arma
desenfundada en la mano: “apenas me acuerdo de lo que yo hice. Les digo que se
tiren al piso y me quedo con ellos custodiándolos. Después, cuando llegan más
móviles, empiezan a traer a más menores”. En ningún
momento se acercó al
vehículo en el que los niños y adolescentes se transportaban. “El procedimiento
ocurrió muy rápido”, argumentó la mujer al ser preguntada por el abogado
querellante acerca de la comunicación para coordinar cómo proceder en ese tipo
de situaciones.Guillermo Franconi - Foto Cecilia Maletti |
Guillermo Franconi es uno de los policías que llegó después
de cometido el asesinato, en el primer móvil que arribó al lugar tras el crimen
estatal. En su declaración dijo que escucharon por la radio que se estaba
realizando una persecución y asistieron: “vimos que por la puerta del conductor
salían personas. No sabíamos por qué se daban a la fuga; se demoraron a unas
cinco personas” y detalló que “vi el vehículo que se había dado contra un
cordón, lo que producía que no pudiera seguir. La puerta del conductor estaba
abierta, el asiento del acompañante hacia adelante” y dijo haber visto “un par
de prendas de vestir y un arma en la parte del conductor”. Expresó que los
niños y jóvenes “manifestaban que se querían ir, que eran menores, insultaban”.
También sostuvo que “Salas fue uno de los efectivos que intentaba sacar al que
había quedado en el interior” y que después se acercó al vehículo “con la
finalidad de saber qué había pasado”.
Antes del primer cuarto intermedio, que fue dispuesto desde
las 14 hasta las 15:30, declaró el policía Diego Nicolás Cerda, quien dijo que
se trasladaba en su móvil junto a dos oficiales más hacia una tienda a la que
habían sido enviados tras un llamado telefónico. En ese momento, contó el
hombre, les avisaron que había un vehículo “que se estaba dando a la fuga”,
pero no brindó mayores precisiones.
Claudio Salas - Foto Cecilia Maletti |
En la segunda parte de la jornada, declaró la policía Estela
María Chandía, subcomisaria, quien contó haber llegado al lugar de los hechos
en que Braian fue víctima de un disparo policial por haber escuchado durante
una entrevista que desde ese sitio se estaba solicitando una ambulancia. Dijo
haber visto “varios oficiales”, pero no poder precisar cuántos, y que “había
chicos menores demorados y un chico con una herida en la cabeza”. La mujer
remarcó que el oficial Claudio Salas “me dijo algo así como ´me apuntaron y
disparé´, estaba muy shockeado, así que le pedí que me entregue el arma”. Contó que llegó la ambulancia y después “menores”,
que en el momento se “aclaró” lo que había sucedido y se “preservó” el espacio.
“Había algunas pertenencias: una botella de cerveza, vidrios, pero mucho no me
acerqué”, declaró: “desde el lugar en que yo estaba no vi ningún arma”. Sin
remordimientos, la mujer al ser consultada por los procedimientos en este tipo
de situaciones sostuvo que “no hay protocolo para un caso así. Lo que hay que
hacer cuando hay riesgo de vida para el policía o para un tercero es sacar el
arma y
Los defensores ingresando a la sala de la Cámara Criminal II - Foto Cecilia Maletti |
Walter Jesús Calfuqueo fue el sexto testigo de la jornada y otro
de los oficiales que llegó tras el homicidio policial, en este caso desde el
área de investigación. Contó que estaba en la comisaría cuando escuchó que
había un vehículo que se había dado a la fuga, se dirigió al lugar y se
encontró con la escena sobre la cual Estela Chandía -declarante anterior- le dijo que Salas había
emitido un “disparo intimidador”. Notó que había cuatro jóvenes demorados y
acompañó al personal de criminalística a observar: “en la parte trasera del conductor
en el habitáculo había un arma”, expresó aun advirtiendo que “en el lugar no
había buena iluminación”. Sobre esto, la querella remarcó que en su declaración
anterior él mismo había destacado que el supuesto arma estaba “en el asiento de
adelante del acompañante”, pero el testigo sostuvo que la versión “real” era la
actual. También expresó que el arma no fue secuestrada porque no tenía
instrucción, aunque sí se llevó otro tipo de elementos. Advirtió que la luneta
tenía un orificio y estaba
Claudio Salas - Foto Cecilia Maletti |
El último testigo de esta primera jornada fue Jacinto
Herrera, otro de los policías que concurrió al evento del 19 de diciembre en el
barrio Cuenca XV. Dijo que vio el auto con la luneta rota y la puerta del lado
del acompañante abierta. Que con una linterna alumbraron el interior y “vimos
un arma” en “el asiento del conductor, atrás, en el piso” y remarcó que el auto
quedó con custodia policial “a la distancia”. Sostuvo no haber visto en ningún
lado a Salas. Para finalizar, opinó que si un policía emite un disparo hay que “sacarle
el arma, tranquilizarlo y sacarlo de la situación, llevarlo a la policía, al
hospital o al lugar en el que pueda estar más contenido”, actitud que no toman
ante ninguna persona que delinque sin pertenecer a la fuerza.
De izquierda a derecha: fiscal Pablo Vignaroli, doctor Federico Egea, doctora Angélica Acosta y Elyzabeth Hernández - Foto Cecilia Maletti |
Los abogados defensores Gustavo Lucero y Nahuel Urra
pusieron gran parte de su énfasis con casi todas y todos los testigos en
destacar el “contexto” del barrio Cuenca XV y del oeste en general, promoviendo
la misma estigmatización que hace que hechos criminales como el asesinato de un
niño o de un joven de determinado sector social no sean “tan mal vistos” por gran
parte de la población.
Mañana a partir de las nueve continuarán las audiencias y
está previsto que declaren los jóvenes que viajaban con Braian Hernández cuando
Salas lo fusiló. El juicio está desarrollándose en la Cámara Criminal II,
ubicada en Irigoyen 177; la multisectorial contra la represión invita a todas y
a todos a acercarse para brindarles su apoyo.
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